Es un campo de estudio que está
dirigido a analizar cómo percibimos y nos comportamos ante distintos colores,
así como las emociones que suscitan en nosotros dichos tonos.
Hay ciertos aspectos subjetivos
en la psicología del color, por lo que no hay que olvidar que pueden existir
ciertas variaciones en la interpretación y el significado entre culturas. A
pesar de todo, hay ciertos principios aceptados que vamos a repasar en este
artículo y que se aplican fundamentalmente a las sociedades occidentales.
Psicología del color: influencia en las emociones y el estado mental
¿Sabías que los colores de tu
alrededor pueden estar influenciando tus emociones y tu estado mental? ¿Sabías
que ciertas tonalidades pueden irritarte o, por el contrario, relajarte y
calmarte? Pues debes saber que los colores que te rodean sí que pueden tener un
efecto en ti.
Esta afirmación no es nueva. De
hecho, muchas empresas diseñan sus logos teniendo en cuenta los colores que
emplean, pues de esta manera envían un mensaje u otro al consumidor. Cuando se
decora una tienda también se valora qué colores se emplean, pues es casi una
necesidad que la gente sienta el deseo de comprar cuando está en el local. Pero
no solo se utiliza la psicología del color para sacar un beneficio económico.
En la arteterapia, el color se asocia a las emociones de la persona y es una
manera de influenciar el estado físico y mental del paciente. Por ejemplo, los
estudios han demostrado que el rojo aumenta el ritmo cardíaco, lo que, a su
vez, provoca un aumento de adrenalina y hace que los individuos se sientan
enérgicos y entusiasmados.
La psicología del color en la vida cotidiana
Y es que no suena nada rara la
afirmación de que los colores provocan un efecto emocional en nosotros. De
hecho, forma parte de nuestro lenguaje cotidiano. En otras palabras, es común
hablar de colores cálidos, como el rojo, el amarillo o el naranja, que pueden
suscitar distintas reacciones, desde positivas (calidez) o negativas
(hostilidad y enfado). O, por contra, también solemos hablar de colores fríos,
como el verde o el azul, que suelen provocar una sensación de calma pero
también tristeza.
Ya que todos estamos
familiarizados con estos conceptos, la psicología del color se emplea en la
vida cotidiana. Por ejemplo, cuando pintas tu casa y consideras qué colores
quieres para tu hogar porque vas a pasar muchas horas allí dentro. Cuando haces
eso, sueles tener en cuenta cómo te harán sentir las diferentes tonalidades:
¿un gris elegante para el salón? ¿una cocina verde que se asocie a la primavera
y la frescura? A lo mejor te gusta el yoga y la meditación y quieres una habitación
blanca porque sabes que tiene un efecto relajante. Esto son solo algunos
ejemplos de cómo empleamos la psicología del color casi sin darnos cuenta.
Blanco
En las culturas occidentales (y
también en algunas orientales, como la hindú), el color blanco representa lo
puro e inocente, así como la limpieza, la paz y la virtud. En culturas
orientales y africanas es el color de la muerte: el alma pura que se va.
Amarillo
El amarillo representa la luz y
el oro. Suele relacionarse con la felicidad, la riqueza, el poder, la
abundancia, la fuerza y la acción. No obstante, los investigadores lo
consideran uno de los colores más ambiguos, pues también representa la envidia,
la ira y la traición. La excesiva presencia de amarillo intenso puede llegar a
irritar a una persona, ya que normalmente estamos acostumbrados a verlo en
superficies relativamente pequeñas.
Rojo
El rojo se asocia a la
estimulación, la pasión, la fuerza, la revolución, la virilidad y el peligro.
Probablemente, esto tenga mucho que ver con que el rojo es el color de la
sangre, que también asociamos a cierta noción de vitalidad, agresividad y
sensaciones extremas. Es uno de los colores con mayor consenso entre los
expertos y, de hecho, vestir de este color nos lleva a comportarnos de un modo
ligeramente más asertivo y extravertido.
Naranja
El naranja se asocia al
entusiasmo y la acción. También puede relacionarse con la lujuria y la
sensualidad, con lo divino y la exaltación. En el mundo del marketing político,
se suele decir que el naranja es el color más optimista de todos, por lo menos
en las sociedades occidentales.
Azul
El azul es el color del cielo y
del agua, y representa la tranquilidad, la frescura y la inteligencia. En el
mundo del marketing se emplea en muchos logotipos como Facebook o Twitter. Es
un color elegante y corporativo, uno de los más usados por las empresas.
Transmite confianza y pureza.
Verde
El verde representa la juventud,
la esperanza y la nueva vida, pero también representa la acción y lo ecológico.
Los decoradores de interiores coinciden en señalar que una habitación pintada
con un color verde suave incita a la relajación y al bienestar.
Morado
El morado es muy valorado en el mundo
del marketing, puesto que representa la sofisticación y la elegancia. Además,
se suele asociar este color al misterio, la nostalgia y la espiritualidad. Es
un color ampliamente usado en los productos anti-edad, precisamente por ese
toque de glamour que desprende.
Rosa
El rosa es un color con unos
atributos bien acotados: es el color de la dulzura, de la delicadeza, de la
amistad y del amor puro. Nuestro acervo cultural lo asocia también a lo
femenino.
Gris
El gris tiene connotaciones un
tanto distintas según la cultura. Mientras alguna gente percibe este color como
la indeterminación o la mediocridad, los expertos en psicología del color le
dan un significado distinto: la paz, la tenacidad y la tranquilidad.
Negro
El negro tiene connotaciones
negativas pues se asocia a la muerte, a lo malvado o a la destrucción. En
cambio, en el antiguo Egipto representaba la fertilidad y el crecimiento.
Debido a su relación con la oscuridad, el negro simboliza el misterio y lo
desconocido. En el mundo de la moda, el negro es el color de la elegancia, la
formalidad y la sobriedad.